Os presentamos la historia personal de Jorge y su PRP capilar antes del trasplante. Nos hizo el favor de contar su experiencia en primera persona. Vamos con ello:
“Con el tiempo, he intentado varios tratamientos para detener la alopecia. Sin embargo, hasta ahora, los métodos convencionales no me han funcionado.
Recientemente, escuché acerca de los trasplantes de pelo en Bilbao y decidí intentarlo. Así que pedí una cita con el Dr. Carlos Garcia Comtel en la Clínica de Trasplante Bilbao.
Aquí está la continuación de mi experiencia. Una semana después de hacer una cita con el doctor, me encuentro frente a la clínica.
Por unos momentos, dudo en entrar. Me pregunto si el trasplante capilar es doloroso y si soy un buen candidato.
He esperado tanto tiempo que me temo que soy un caso perdido. Supongo que la única forma de saberlo con seguridad es reunirme con el doctor y discutirlo.
Así que dejo mis miedos a un lado y empujo la puerta de la clínica de trasplante capilar bilbao.
Un equipo muy amigable, un doctor de primera categoría
Primera observación: el lugar no parece una sala de emergencias de un hospital. La secretaria de la recepción me saluda con una sonrisa y le digo el propósito de mi visita.
Me entrega un cuestionario y me pide que lo complete mientras espero al doctor, que está actualmente en la consulta.
Así que me senté a llenar mi formulario. Después de un rato, el Dr. G Comtel aparece en la sala de espera y viene a verme.

Hacemos las presentaciones y, después de un cordial apretón de manos, ambos nos dirigimos hacia su consulta.
Mientras tomo asiento, el doctor se sumerge brevemente en el examen de mi expediente.
Cuando termina de leerlo, levanta la vista y me pregunta qué expectativas tengo al venir al centro.
Le digo lo que ya sabeis y, mientras hablo con él, saca un pequeño peine del bolsillo de su abrigo. Se va hacia mí y ¡comienza a peinarme!
Le dejé hacerlo, pero tengo que admitir que no esperaba que me peinaran el pelo durante la consulta.
Un candidato perfecto para el injerto
Después de un tiempo, el doctor toma su asiento. Con una mirada satisfecha, me dice que soy el candidato perfecto para un trasplante capilar.
Explica que mi cabello tiene la textura ideal y está sano. De hecho, el plan es simple.
Para obtener los mejores resultados posibles, comenzará inyectando plasma sanguíneo en la parte delantera de mi cráneo.
Primero el PRP, después el trasplante
Según él, el PRP (abreviatura de Plasma Rico en Plaquetas) devolverá volumen y fuerza al cabello que me queda.
Para la parte superior de mi cabeza empezará implantando unos 2000 injertos. Me dice que es un procedimiento que debería durar entre 8 y 10 horas.
Sólo entonces inyectará plasma en la zona receptora. Medio serio, medio de broma, admite ser un pobre peluquero.
Así que me aconseja que me afeiten la parte de atrás de la cabeza antes del trasplante de pelo. Estoy tan entusiasmado con lo que comenta el doctor que pido una cita para la semana siguiente.

Día D, el momento decisivo
Cuando llego a la clínica, el doctor viene a saludarme y me presenta a Alicia: ella es la enfermera que va a procesar el plasma rico en plaquetas.
Alicia es la mujer del doctor. Como ambos tienen la misma pasión por la estética, decidió abrir su clínica en el local adyacente al de su marido.
Se beneficia así del apoyo constante de un cirujano experimentado, lo que, según me dice, es bastante raro en la profesión.
La sigo hasta la sala de operaciones.
Mientras ella prepara su equipo, me quito los zapatos y me acuesto en una silla que parece de dentista.
Probablemente debido a su amplia experiencia, Alicia nota inmediatamente que estoy nervioso. Se toma un momento para tranquilizarme.
Comenta que no tengo que preocuparme, el tratamiento no es muy doloroso. Además si lo deseo, puede inyectarme un sedante suave.
No es que esté particularmente cómodo, pero acepto inmediatamente su oferta. Después de todo, no vale la pena el dolor innecesario.
Seguimos con la intervención y mis nervios
Alicia me toma la presión y, antes de inyectarme el sedante en cuestión, llama a uno de sus compañeros.
Explica que este es el protocolo de la clínica: aquí no escatimamos en la salud de nuestros clientes.
Con un gesto rápido y preciso, me inyecta un cóctel ligero de Versed ® y Fentanyl ®.
Después de un tiempo, Alicia le pide a su compañero que me controle la presión. Como está estable, me dice que puede empezar la transfusión.
Alicia me informa de todas mis dudas sobre el trasplante
Alicia explica que ella toma 10 ml de mi sangre, una muestra que producirá unos 5 ml de plasma rico en plaquetas. Cuando la transfusión termina, le pide a su compañero que lleve el tubo de ensayo a la centrifugadora.
Tan paciente como siempre, Alicia dice que mi sangre correrá a alta velocidad durante 5 minutos en el aparato. Cuando se acaba este tiempo, su compañero regresa con el frasco, que ahora está lleno de un líquido ámbar.
¡Parece una solución de una película de ciencia ficción! La analogía de la película no se detiene ahí.
Alicia entonces agarra un instrumento que parece una pistola sacada de una película de Star Wars. Afortunadamente para mí, ella simplemente inserta el frasco de plasma dentro de la pistola en cuestión.
Ella aplica con cuidado la pistola en mi cráneo y aprieta el gatillo hasta que una pequeña aguja se inserta bajo mi piel.
El poder de la anestesia en el PRP
Gracias a la medicación que ha empezado a hacer efecto, apenas puedo sentir nada.
Cuando se aseguran que no tengo dolor, me aplica la aguja en otra parte de mi cabeza. Después de veinte minutos, Alicia me dice que el PRP capilar ha terminado.
Luego me pide que me levante despacio para no marearme y me lleva a la sala de espera. Allí tengo que esperar unos 30 minutos hasta que pase el efecto de los sedantes.
Mi opinión del PRP capilar
En general, el tratamiento con plasma rico en plaquetas (PRP) es muy indoloro.
Excepto quizás cuando Alicia me insertó la aguja en la parte delantera de la frente. En ese momento, debo admitir que sentí un pellizco desagradable.
Cuando se lo conté a ella, me explicó que la frente es rica en vasos sanguíneos. Por eso el tratamiento es más doloroso allí.
El siguiente paso ahora: el trasplante de cabello. Tengo muchas ganas de esta experiencia; ¡hablamos pronto!